UNA IMPORTANTE NOTICIA:

 

El Vaticano levanta la sanción

contra el biblista Ariel Álvarez Valdés

 

En varias ocasiones se ha levantado la voz en estas páginas digitales del Foro Gaspar García Laviana para criticar la actitud inquisitorial del Vaticano con teólogos a quienes se les juzgaba, censuraba y castigaba en nombre de la Iglesia. Aquí en España son muy conocidos algunos: Juan José Tamayo, José María Vigil, Benjamín Forcano, Evaristo Villar, José Arregi, Marciano Vidal, Juan Antonio Estrada, José María Castillo, José Antonio Pagola

Otro de los afectados fue el argentino Ariel Álvarez Valdés. “Ante la negativa de Álvarez Valdés de retractarse, en 2008 el obispo diocesano de Santiago del Estero (Argentina), Mons. Francisco Polti, miembro del Opus Dei, le comunicó al biblista santiagueño que por pedido de la Santa Sede le prohibía enseñar, escribir, dar clases, impartir cursos y dictar conferencias en el ámbito de su diócesis. Entonces Álvarez Valdés decidió presentar su renuncia al ministerio sacerdotal en julio de 2009, para poder enseñar la teología católica “sin presiones”, según expresó”.

Ahora el papa Francisco, mediante una carta autógrafa, le ha comunicado que "después de estudiar todo, habían dejado el asunto en manos del Obispo local" de Santiago del Estero, con lo cual el Papa reconoce que el Vaticano, que era el que había cuestionado durante doce años al teólogo, y finalmente lo había sancionado en 2008, ya no mantiene litigio alguno con Álvarez Valdés, como vino sucediendo durante todos estos años.

Ante este hecho, lo primero que a uno se le ocurre decir es agradecer al Papa Francisco su carta al teólogo biblista, que debiera hacer extensiva a todos los casos similares. Era urgente un cambio de actitud. La Iglesia toda no puede estar bajo un único paradigma teológico que, además, solía estar fijado y controlado por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sea quien fuere en cada momento. Una reflexión que marche por caminos distintos es más enriquecedora, sobre todo si se da un diálogo entre quienes se ocupan de esta tarea en la Iglesia y si se hace siempre dentro de una comunidad de creyentes.

Se pueden aplicar también aquí aquellas palabras de la Evangelii Gaudium: “La fe no le tiene miedo a la razón; al contrario, la busca y confía en ella, porque la luz de la razón y la de la fe provienen ambas de Dios” y no pueden contradecirse entre sí”. Hay que presuponer que ambas luces pueden habitar en todo aquel que sea creyente y no exclusivamente en aquellos a quienes se les concede, no se sabe bien en base a qué, una autoridad magisterial tan individualizada. Creo que no cabe magisterio alguno más que el colectivo, dado el carácter comunitario de la Iglesia para la que se formulan los contenidos doctrinales. No se puede “utilizar” esa autoridad para defender posturas teológicas personales o las de un determinado modo de pensar de un grupo dentro de la comunidad eclesial.

También es muy importante para la misma Iglesia abrir un campo amplio de libertad de estudio y de reflexión para comprender cada vez mejor lo que es el mundo, el ser humano, Dios, Jesucristo… Es necesario determinar bien lo que ha de ser estricto contenido cristiano y distinguirlo de lo que es envoltorio dogmático-filosófico-ideológico. Estamos obligados a superar las aparentes contradicciones entre la fe y la razón teológica siempre que nos parezca que existen, dado que, por principio, no se pueden dar, como se afirma en el documento antes citado. Busquemos formulaciones más sencillas de los contenidos cristianos y así podríamos dejar de discutir sobre las ideologías con que se han explicado y, más allá de los concilios, vayamos también a las primeras fuentes cristianas. Seguro que así, al mismo tiempo, haremos más comprensible el mensaje de Jesús de Nazaret.

(José María Álvarez. 26-7-2016).

 

 

PARA COMPLETAR ESTA INFORMACIÓN:

Descripción: Descripción: Página/12

Martes, 16 de marzo de 2010

 

ENTREVISTA A Ariel Álvarez Valdés

El 4 de agosto de 2008, el obispo de Santiago del Estero, Francisco Polti, le había prohibido al sacerdote Ariel Alvarez Valdés “dar clase de disciplinas teológicas, incluyendo cursos cortos y conferencias”, “participar en medios de comunicación social incluyendo Internet” y “hacer nuevas publicaciones o disponer la reedición de publicaciones anteriores”. Alvarez Valdés venía enseñando en la Universidad Católica local y en el Seminario de la diócesis.

En ese momento, la sanción establecida por el obispo Polti había obedecido a una disposición del cardenal Tarsicio Bertone, secretario de Estado del Vaticano. De todos modos, “mi obispo, por ser del Opus Dei, tiene una mirada muy conservadora y cerrada; otros obispos no hubieran reaccionado de esa manera, y de hecho en otras diócesis seguí dando clases y dictando cursos”. Alvarez Valdés presentó su renuncia al sacerdocio en julio del año pasado: “En estos meses intenté que mi obispo revirtiera su actitud, pero no hubo caso, y finalmente decidí hacerla efectiva”.

–Usted entiende que la sanción fue una iniciativa del obispo Polti, que el Vaticano respaldó –observó Página/12.

–Así es –contestó Alvarez Valdés–. La medida fue desproporcionada. Y se mantuvo pese a que llegamos a acordar en diversos puntos, salvo la historicidad de Adán y Eva.

–¿Qué sostiene usted respecto del relato de Adán y Eva?

–Que no es un relato histórico. El autor que lo escribió no sabía ni pretendía enseñar cómo apareció el hombre sobre la Tierra. Lo que la Biblia sabe es de dónde provino el hombre: de las manos de Dios. Cómo apareció, si fue o no como lo plantea la teoría de la evolución, es tema de los científicos. El relato de Adán y Eva procura destacar la grandeza de un hombre y una mujer creados por Dios: nadie puede abusar de otra persona, por humilde que sea, ya que en todo ser humano reside la imagen de Dios.

–¿Y cuál es la doctrina oficial de la Iglesia al respecto?

–La inmensa mayoría de los teólogos sostienen lo que acabo de decir. De hecho el Vaticano me envió una carta donde reconocía que mi posición era correcta pero cuestionaban el hecho de divulgarla al gran público, en vez de circunscribirla a libros técnicos de difícil acceso.

–O sea que la Iglesia mantendría dos discursos al respecto.

–Es de lo que yo me quejé. Si se puede escribirlo en los libros de teología, ¿por qué no va a ser posible decírselo al gran público? Pero le tienen miedo al escándalo, siempre lo mismo. Mi obispo, en los considerandos de la prohibición, aducía que mis afirmaciones causaban “perplejidad” a la gente”. Pero el Papa también causa a veces perplejidad. El mismo Jesús, según cuentan los Evangelios, dejaba perplejos a sus discípulos.

–Otros puntos de discrepancia se referían a la figura de María...

–No es cierto que el ángel Gabriel se le haya “aparecido” a María, como un señor que entrara volando por la ventana: si así hubiese sido, María no habría tenido oportunidad de expresar su fe; si hubiera visto realmente al ángel, no se trataría de fe. En realidad el ángel simboliza la voz de Dios en el corazón de María.

–De todos modos, la concepción de María en tanto virgen implicaría ya una intervención sobrenatural.

–En la Biblia, la virginidad no necesariamente debe interpretarse como hecho meramente físico. La Biblia entiende por virginidad el hecho de la fidelidad a una misma persona. En el Antiguo Testamento puede leerse: “Feliz de ti, virgen que has concebido a tus hijos...”. En este sentido una virgen puede tener hijos con su marido, porque la virginidad no concierne a la biología sino a la fidelidad.

–Muchos católicos no suelen entenderlo de ese modo...

–Pero estas cosas ya han sido aceptadas. Ya no me piden que me retracte en esos puntos. A lo largo de estos dos años, me aceptaron éstos y otros puntos. La única exigencia de retractación que no levantaron fue sobre Adán y Eva. Y dije que no: ¿con qué cara podría mirar a mis alumnos después de decir semejante barbaridad?

–Otro de los puntos era su negativa a admitir “apariciones” de la Virgen María.

–Los muertos, según la Biblia, no pueden volver a la Tierra. El que murió no vuelve, y el que volvió nunca ha muerto. Esas historias que recopilaba Víctor Sueyro, de túneles, luces y música, corresponden al más acá: nadie vuelve del más allá. Entonces, la Virgen María no puede “aparecer”, no puede presentarse físicamente a nadie. Alguien puede tener una visión de la Virgen María, que ocurre en la retina de la persona pero no en el exterior.

–¿Cómo distinguir estas visiones de las que conciernen a la psicopatología?

–Son auténticas si los mensajes que trasmiten coinciden con la Biblia. El 90 por ciento de los mensajes que se atribuyen a la Virgen María están contra la Biblia: se dijo que la Virgen de San Nicolás había contado que el nacimiento de Jesús fue como cuando un rayo de sol atraviesa el cristal de la ventana sin tocarlo ni romperlo, pero la Biblia dice que Jesús nació como un hombre, es decir, como nacen todos los hombres.

–También planteó usted que los denominados estigmas no son signos de santidad ni provienen de Dios...

–Lamentablemente, muchos creen que son signos de santidad enviados por Dios. Pero no pueden venir de Dios, porque duelen mucho. Un estigma es terriblemente doloroso, es un boquete en la mano. Dios es amor y bondad y no puede mandar lastimaduras a la gente. Los estigmas vienen de los desequilibrios mentales de las personas: científicamente, la mente humana puede tener un poder despótico sobre el organismo. De igual modo, mucha gente sigue pensando que Jesús nos salvó con su muerte en la cruz y que, si no, no nos hubiera salvado. ¿Quiere decir que El contrató a Pilatos para que condenara, a Pedro para que negara, a Judas para que traicionara? ¿Si Judas no lo hubiera entregado, El no nos habría salvado? Jesús nos hubiera salvado igual aunque hubiera muerto viejito en su cama. Porque nos salva a través del amor, no del dolor.

Tras dejar los hábitos, Alvarez Valdés, de 52 años, se propone “crear un instituto bíblico para acercar gente a la Iglesia Católica. Ya que no puedo como cura, porque mi obispo me lo prohíbe, doy un paso al costado y lo hago como laico”. En cuanto a sus medios materiales de vida, “afortunadamente vivo en la casa de mis padres, que me apoyan; he publicado algunos libros; gracias a Dios, nunca viví de la Iglesia”.

El Obispado de Santiago del Estero comunicó que “con dolor hemos recibido esta petición. Durante mucho tiempo hemos intentado encontrar un camino de solución a la situación eclesial del padre pero, aunque reconocemos esfuerzos mutuos, lamentablemente no lo hemos logrado”.

 

UNOS APUNTES SACADOS DE WIKIPEDIA

Conflicto con el Vaticano

En el año 1995, a raíz de un artículo titulado: ¿EL DIABLO Y EL DEMONIO SON LO MISMO?, en el que afirmaba que los endemoniados del Evangelio eran enfermos con patologías desconocidas en aquella época, el Vaticano a través de Mons. Tarcisio Bertone, entonces Secretario de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (S.C.D.F.), le ordenó que se retractara públicamente.

Álvarez Valdés trató de defenderse, explicando que el contenido de su artículo era afirmado por numerosos autores católicos. Pero Mons. Bertone, aun reconociendo que esa tesis es defendida por la mayoría de los teólogos católicos, argumentó que esos autores la exponen en artículos restringidos y en libros técnicos, mientras que Álvarez Valdés la publicaba de manera divulgativa, lo cual era algo “indebido” (carta del 12 de junio de 2002). Por tal motivo, y a pesar de reconocer expresamente que la postura teológica de Álvarez Valdes no contradecía ningún dogma de fe, en 1999 Mons. Bertone lo obligó a retractarse públicamente de sus afirmaciones.

No contento con ello, en una carta del 24 de enero de 2000, Mons. Tarcisio Bertone le ordenó a Álvarez Valdés que hiciera una nueva retractación pública, esta vez de 9 afirmaciones supuestamente “problemáticas” de sus libros. Éstas son:

Lo que Álvarez Valdés dice:

1.    Dios no manda los males ni el sufrimiento a los hombres, porque lo que “redime” es el amor, no el dolor.

2.    Los milagros existen, pero en ellos no se suspenden las leyes de la naturaleza, ya que éstas no se conocen totalmente.

3.    El libro de Job es un libro precristiano, que no contiene la respuesta definitiva al tema del sufrimiento. Esta la trae Cristo.

4.    Los primeros capítulos del Génesis (Adán y Eva, Noé y el diluvio, etc), no contienen historia en el moderno sentido de la palabra.

5.    La idea de la virginidad de María “durante el parto” está basada en los Evangelios apócrifos. Su parto debió de haber sido normal, como el de cualquier muchacha.

6.    La narración del ángel que habló con María en la anunciación es un género literario. En realidad Dios habló con ella en su corazón, como con nosotros.

7.    La virgen María no puede aparecerse “físicamente” a nadie, porque ya no tiene cuerpo material. Se trata de “visiones”. Si fueran “apariciones”, todos la verían.

8.    Los estigmas no son signos de santidad, ni provienen de Dios, porque Dios no puede provocar lastimaduras físicas que hagan sufrir a la gente.

9.    La fe en la resurrección no implica necesariamente la separación del alma y el cuerpo. Ésta es una explicación, pero no un dogma.

 

Lo que el Vaticano quería que dijera:

1.    Dios sí manda los males y sufrimientos, porque el dolor es redentor.

2.    En los milagros, sí se suspenden necesariamente las leyes de la naturaleza.

3.    El libro de Job no fue superado con la venida de Cristo.

4.    Los capítulos de Génesis 1-11 sí contienen historia.

5.    Aunque la idea de la virginidad de María “durante el parto” está basada en los Evangelios apócrifos, debe mantenerse como un dogma de fe.

6.    la figura del ángel de la anunciación debe tomarse como un detalle histórico y real del evangelista Lucas.

7.    La virgen María se aparece “físicamente” a quienes la ven.

8.    Los estigmas vienen de Dios, y son señal de santidad de una persona.

9.    Al morir una persona, se separa el alma del cuerpo; y el alma va al encuentro de Dios, mientras el cuerpo espera la resurrección.

Álvarez Valdés, luego de pensarlo largamente, decidió retractarse de nuevo, para poder así seguir enseñando. Y envió el borrador de su retractación a la Santa Sede, que fue aprobado en 2006. Pero cuando ya estaba todo listo para publicar su retractación, la S.C.D.F. le aclaró que no debía poner que se retractaba por pedido de la Santa Sede, sino que lo hacía por su propia voluntad, porque había evolucionado teológicamente. Ante este nuevo pedido de faltar a la verdad, Álvarez Valdés decidió no retractarse.

 

RECIENTE ENTREVISTA A ARIEL ÁLVAREZ VALDÉS EN RELIGIÓN DIGITAL 

 http://www.periodistadigital.com/religion/america/2016/08/01/religion-iglesia-argentina-biblista-teologo-ariel-alvarez-valdes-confirma-levantamiento-de-su-sancion.shtml